Cada vez son más los padres que acuden a una revisión de sus hijos con el odontopediatra y se encuentran con la recomendación profesional de mejorar la forma en la que ‘muerden’ sus hijos mediante un tratamiento de ortodoncia… y un rechazo frontal de sus hijos, adolescentes, a llevar un ‘aparato’ de ortodoncia.
“No pienso ponerme un para-rayos como ese” “Mis amigos dicen que pincha y hace un montón de daño” “¿Me pones gafas y ahora aparato?” “Se van a reír de mi en clase”
Esto se complica aún más cuando, por los motivos que analizaremos en esta entrada de blog, el ortodoncista nos recomienda dos aparatos para nuestro hijo.
¿Por qué dos aparatos?
Un ortodoncista aborda dos tipos de problemas: los derivados de la posición del hueso de los maxilares del paciente, y los asociados a la posición de los dientes.
Para solucionar los problemas asociados a los maxilares, el ortodoncista propone un tratamiento de ortopedia, enfocado a propiciar el crecimiento del hueso o cambiar su posición. Para resolver una posición incorrecta de los dientes, los pacientes deben llevar un tratamiento de ortodoncia.
¿En qué consiste la ortopedia dentomaxilar?
Es un tratamiento que se puede realizar en los primeros años de vida porque existe crecimiento, el cual vamos a potenciar en el sentido que resulte más beneficioso para el paciente.
Frente a esto, los pacientes adultos que han agotado el crecimiento, la solución debe ser quirúrgica, mediante una operación de los maxilares, por lo que los tratamientos de ortopedia deben realizarse de manera temprana si queremos evitar una cirugía en el futuro.
El problema más frecuente en el maxilar superior suele ser la compresión de éste, que resulta pequeño, para lo que se colocan aparatos que nos ayudan a ensancharlo, favoreciendo su crecimiento transversal de manera natural durante el crecimiento del paciente.
Mientras, en el maxilar inferior, lo habitual es encontrarnos con dos situaciones: su adelantamiento o su retraso respecto al maxilar superior. En el primer caso, lo habitual es potenciar el crecimiento del maxilar superior, mientras que, en el segundo, solemos ayudar a mejorar el crecimiento de la mandíbula para equipararlo con el superior: es decir, que siempre potenciamos el crecimiento del maxilar más pequeño, para equipararlo al del otro y conseguir una situación de armonía entre ambos.
Un aparato que adelanta la mandíbula durante un tiempo prolongado nos ayuda a potenciar su crecimiento y equipararla al maxilar superior |
Con esto, una vez finalizado el tratamiento de ortopedia, el hueso del maxilar superior y la mandíbula estarán perfectamente coordinados entre ellos, para siempre, ofreciendo al paciente armonía facial y una buena base para el futuro.
No obstante, es posible que la posición de los dientes sea incorrecta, y para solucionarlo el paciente necesitará un tratamiento de ortodoncia que le ayude a colocarlos en una posición ideal, normalmente una vez acabada la erupción de todos los dientes permanentes.
Y, por esto, en ocasiones tendremos que explicar a nuestros hijos que debe llevar un aparato dos veces: en primer lugar para corregir un hueso que no tiene el tamaño adecuado o no está en la posición correcta y, en segundo, para poner los dientes en su posición ideal en la boca del paciente, en este último caso mediante el uso de brackets o alineadores transparentes, como Invisalign Teen.
Javier Lozano Zafra
Ortodoncista exclusivo
Práctica privada en Vélez&Lozano, clínica dental en Murcia